Centro de Salud de Luarca

Villar, Luarca. Asturias

2005

Centro de Salud, Atención Primaria y Salud Mental, Luarca

Datos técnicos

Arquitecto Colaborador: Juan José Pérez González

Promotor: Consejería de Salud y Servicios Sociales – Gobierno del Principado de Asturias

Ubicación/Emplazamiento: Villar – Luarca – Valdés – Asturias • Superficie Construida: 6.905,00 m2  

Año Proyecto: Diciembre 2005

Año Final Obra: Diciembre 2007

Fotografías: Mariano Sánchez Garcia del Moral

Premios: Seleccionada: Premios Asturias de Arquitectura 2008

Publicaciones: 19 Edición Premios Asturias de Arquitectura – COAA

Descripción

Se interpreta la actuación como una pieza capaz de organizar su estructura a través de la creación de un objeto arquitectónico único, intrínsecamente configurado por los espacios y áreas interiores a los que sirve y a la vez directamente implicado con los espacios urbanos que lo contienen.

Por ello, se liga su concepción a los espacios abiertos urbanos circundantes, pensando que el uso del edificio será un elemento dinamizador y propulsor de la transformación del carácter que posee actualmente este territorio, tratando de que tanto el edificio como sus espacios exteriores, se signifiquen como elementos diferenciados de uso colectivo: un edificio importante cuyas fachadas y piel nacen desde el espacio urbano exterior.

El acceso desde la ciudad se transforma en una plaza que pretende significarse por el carácter de representatividad que le confiere el conjunto de edificios existentes, y en proyecto, que se concentran alrededor de este área: el Edificio de la Delegación de Hacienda, el de la Residencia Geriátrica, el conjunto de edificios Docentes, la Piscina Municipal, el futuro Conservatorio de Música, … y este nuevo Centro de Salud y de Salud Mental. Su relación con el resto edificado de carácter y uso residencial, se configura como un volumen neutro, en cuanto a su imagen formal y volumétrica, y significativo en cuanto a la rotundidad que presenta en el limite con la calle principal de acceso rodado.

Así, se pretende que el edificio se constituya, en gran medida, en una obra pública, persiguiendo la idea de que configure exteriormente unos espacios de uso, comunicación y estancia, que sean aglutinantes de atracción social.

Es una pieza que a la vez de contener espacios cerrados, ordenados y articulados (áreas de salud, áreas técnicas y de servicios y áreas publicas), represente la idea de edificio en y para la ciudad; por ello se ha pensado y proyectado tanto el vacío de los espacios exteriores como el edificio en sí mismo. Este macizo, casi “mineral” se entiende mejor al relacionarlo con las implantaciones urbanas existentes que lo envuelven, creando fachada y acotando visualizaciones, además de atender a la necesidad de enfatizar claramente en su medida, los accesos al área interior del edificio y definir, además, la personalidad del recinto.

La valoración del grado de potencia arquitectónica de la pieza edificada, ha exigido una reflexión que termina en el propio planteamiento de la propuesta del proyecto. La propuesta de intervención se mueve en el límite de una volumetría importante cuando el edificio se relaciona con la ciudad, y liviana cuando el edificio se posa sobre la rasante del suelo que la soporta, de tal manera que se apoye suavemente sobre él, llegando a dar la sensación de ingravidez.

De esta forma se pretende que tenga esa doble lectura y pierda sus características de gran volumen a medida que se acerque al frente mas urbano, pero que tenga su presencia y se entienda su importancia en el contexto urbano.

Para ello se establecen los criterios siguientes: la presencia y la impronta del volumen principal relacionado con la ciudad, la delicadeza y livianidad del apoyo envolvente del conjunto sobre el suelo, la lectura clara de la idea del uso que posee, la potenciación de la imagen del acceso principal y la incorporación de este nuevo volumen, con carácter simple y rotundo, que colmate el vacío existente procurando su integración dentro del conjunto de la ciudad.

La propuesta de la génesis del proyecto, plantea dos tramas: la del edificio que hace fachada urbana a lo largo de la calle de acceso que alberga las áreas del Centro de Salud principalmente y la del edificio quebrado que se relaciona con los existentes en su lindero posterior, que alberga las áreas de servicios, las áreas administrativas las del Centro de Salud Mental y las de dotaciones del conjunto, todo ello potenciado por la idea de que el edificio parezca que se encuentra flotando sin llegar a apoyarse en el terreno, de forma que, en ese estrato vacío que se genera en la planta semisótano, se alojen los espacios del aparcamiento y servicios, cubiertos por el propio edificio, para que no reste superficie publica a los usos lúdicos del recinto exterior.

La idea del “edificio vacío”, es la de crear un vestíbulo exterior informal, espacio de encuentros y de pasos perdidos, espacio emblemático, reposado y centralizador que hace de nexo y da escala a los volúmenes edificados. Por un lado da la impresión de protección del acceso, por otro lado incorpora elementos urbanos de espacio exterior de estancia (bancos y “mástiles marineros”) y naturales (árboles), elementos livianos que organizan el espacio, aceptando como elemento fundamental el espacio diáfano que alberga el área de acceso principal, presidida por una piel transparente e “informal”, que cierra el espacio vacío interior del vestíbulo de entrada. Esta ambigüedad, es la base de la personalización de este espacio.

La idea del “edificio lleno”, se convierte en la contraposición de la anterior albergando los servicios y las dotaciones del conjunto, que al yuxtaponerse entre si y ligarse formal y funcionalmente, crea un edificio con clara vocación de modernidad, en la que la luz penetre por las grietas que provoca la propia arquitectura. El “edificio vacío” vuelve a hacer su presencia en la planta de cubiertas: un patio abierto y ensimismado que acoge las actividades del área de ingresos y rehabilitación psicosocial, intentando dar unidad, al interior de la planta.

De todo esto solo se dan ciertas referencias al exterior: El “edificio lleno” aporta la escala pétrea que producen sus fachadas y sus esquinas. El “edificio vacío”, es liviano, abierto, emblemático y ambiguo. El enlace de los dos, donde está el intercambio de las tramas de los dos edificios, es vestíbulo de acceso, distribución iluminación y lectura del interior, explica y relaciona el todo, y penetra desde el área de acceso exterior .

El Proyecto procura integrarse con claridad en el orden urbano, imponiendo sus propias leyes y no marginándolas al dictado de los propios condicionantes del lugar, al extremo que debe diluirse en lo cotidiano, procurando conservar su valor referencial a través de la monumentalidad abstracta necesaria, para que no pierda la referencia urbana.